Causas y cuidados para tratar las lesiones musculares en cuello, espalda y tórax
Tortícolis: qué es y cómo aliviarla
La tortícolis puede darse por diversas causas como, por ejemplo, las malas posturas al dormir, pero también puede ser una exteriorización de otras patologías.
Seguramente alguna vez a lo largo de tu vida te has levantado una mañana y te has dado cuenta de que no eres capaz de mover cuello y que, cuando lo intentas, sientes un dolor muy agudo. Estos son algunos de los síntomas de la tortícolis, la cual tiene su razón de ser, en la mayoría de los casos, en una mala postura al dormir.
En concreto, la tortícolis se trata de una contracción muscular involuntaria de la zona de la columna vertebral cervical, donde se encuentran el esternocleidomastoideo, el trapecio y el deltoide. Estos músculos del cuello se contraen de forma repentina, lo que provoca rigidez e hinchazón en la zona cervical. No es una dolencia preocupante, pero es muy molesta y limita por completo nuestros movimientos.
Este espasmo de origen inflamatorio o nervioso de los músculos del cuello desaparece pasadas 48 o 72 horas de manera natural. No obstante, hasta que desaparece tenemos que soportar un dolor muy agudo en el cuello que solo podremos aguantar si estamos completamente quietos y nos movemos como si fuéramos robots.
La tortícolis tiene diferentes grados. En algunos casos se podrá mover el cuello hacia un lado pero no hacia el otro y, en otras, el músculo estará tan contraído que no se podrá mover en ninguna dirección. Aunque la principal causa sea la mala postura al dormir, existen muchas otras, como la herencia genética, el estrés, la fatiga y las posturas viciosas.
Causas de la tortícolis
Este espasmo muscular puede originarse por varios motivos. Aunque la principal causa sea la mala postura al dormir, existen muchas otras, como la herencia genética, el estrés, la fatiga y otras patologías.
A continuación señalamos las causas de la tortícolis más comunes.
- Por motivos genéticos. La tortícolis congénita suele estar asociada a un acortamiento del esternocleidomastoideo que puede ser hereditario.
- La tortícolis puede estar originada por problemas en el sistema nervioso en la parte superior de la columna y músculos cervicales.
- Un motivo frecuente que causa tortícolis es el estrés y la fatiga, que provocan una mayor tensión en los músculos provocando contracturas molestas.
- Otro motivo habitual que produce tortícolis son las malas posturas, que mantenidas durante mucho tiempo pueden acarrear problemas musculares severos y contracturas.
- En algunos casos puede darse sin causa aparente.
La tortícolis tiene diferentes grados. En algunos casos se podrá mover el cuello hacia un lado pero no hacia el otro y, en otras, el músculo estará tan contraído que no se podrá mover en ninguna dirección.
Tipos de tortícolis
En función del motivo que haya causado la tortícolis se pueden encontrar varios tipos, los cuales te mostramos a continuación para que puedas identificar cual puede ser el tuyo.
- Tortícolis simple. Esta se origina por una contractura muscular, es decir por la tensión continuada del músculo de forma involuntaria. Puede producir molestia y pérdida temporal de la movilidad.
- Tortícolis congénita. Se llama así a la tortícolis originada por un acortamiento de los músculos del cuello hereditario.
- Tortícolis neurológica. La causa más frecuente es distonía. Los músculos se contraen de forma involuntaria provocando posturas y torsiones poco adecuadas que pueden crear contracturas provocando dolor y molestia.
- Tortícolis por patología ósea de la columna cervical. Esto puede provocar que los músculos que protegen los huesos entren en estado de tensión continuada provocando molestias y pérdida de movilidad.
- Tortícolis provocada por lesiones que se desarrollan en el cuello como ganglios, abscesos por infecciones u otras causas.
Tratamiento para la tortícolis
Para evitar que aparezcan la tortícolis es muy importante cuidar la postura corporal, sobre todo al dormir; no mantener posturas forzadas en el día a día ni hacer movimientos bruscos; hacer ejercicios de relajación a diario para destensar nuestros músculos; y hacer estiramientos en la zona cervical. Si empiezas a notar síntomas de tortícolis, te contamos cómo tratarla:
- En primer lugar, es muy importante aplicar calor sobre la zona afectada. Se pueden utilizar mantas eléctricas o compresas de calor durante 20 minutos para favorecer la relajación del músculo.
- Además, es muy beneficioso aplicar masajes desde el hombro hasta las orejas, pasando por la nuca y la cabeza. Ten cuidado con aplicar demasiada fuerza, al final será contraproducente.
- Realiza estiramientos en la zona cervical. Te va a molestar, pero debes hacerlo de forma progresiva para evitar el entumecimiento. Si el dolor te lo permite, es aconsejable mover la cabeza durante 10 segundos haciendo círculos, así como estirar el cuello de un lado y de otro durante 30 segundos.
- Evita el estrés y las posturas viciosas que adoptamos cuando usamos el móvil o el ordenador. Tener la cabeza agachada no es natural y, a la larga, perjudicará tus cervicales. Además, debes evitar usar almohadas demasiado altas o demasiado bajas.
- Acude al médico para que te recete analgésicos o antiinflamatorios. Los relajantes musculares te ayudarán a sobrellevar el dolor pero, si no sigues estas recomendaciones, la tortícolis volverá a aparecer y cada vez de forma más intensa, pudiendo llegar a convertirse en una hernia cervical.
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